Marrakech, conocida como la «Ciudad Roja», es un destino fascinante lleno de historia, cultura y vibrante vida diaria. Si te preguntas qué hacer en Marrakech, te sorprenderás con la gran cantidad de actividades que ofrece. Desde perderte en la intrincada Medina hasta relajarte en sus exuberantes jardines, esta ciudad marroquí tiene algo para todos. En esta guía, te mostraré lo mejor de Marrakech para que aproveches al máximo tu visita.
En el centro de la Medina, encontrarás la famosa Plaza Jemaa el-Fna, un sitio que parece cobrar vida al caer la tarde. Músicos, encantadores de serpientes, narradores de historias y vendedores ambulantes se reúnen para crear un espectáculo único. Es el lugar perfecto para tomar el pulso a la cultura local.
Construido en el siglo XIX, el Palacio de la Bahía es un laberinto de patios y jardines bellamente decorados con azulejos de colores y tallas en madera. Es una visita obligada para quienes desean experimentar el esplendor de la arquitectura marroquí.
Aunque hoy en día el Palacio El Badi está en ruinas, alguna vez fue una de las estructuras más impresionantes de Marrakech. Caminar entre sus restos te transportará a los tiempos de los sultanes.
Este jardín, diseñado por el artista francés Jacques Majorelle y más tarde restaurado por Yves Saint Laurent, es un refugio de paz en medio de la bulliciosa ciudad. Los vibrantes tonos azules y verdes del jardín lo convierten en un lugar ideal para relajarse.
Un poco más alejados del centro, los Jardines de Menara ofrecen tranquilidad y vistas impresionantes de las montañas del Atlas. Es el lugar perfecto para un paseo tranquilo.
La Mezquita Koutoubia es la más grande de Marrakech y su minarete de 70 metros es visible desde casi cualquier punto de la ciudad. Aunque los no musulmanes no pueden ingresar, vale la pena admirarla desde fuera.
Este antiguo centro de estudios islámicos, la Madraza Ben Youssef, es un lugar fascinante lleno de detalles arquitectónicos y una atmósfera de paz.
La cocina marroquí es una fiesta de sabores y especias. El tagine y el cuscús son dos de los platos más representativos, que no te puedes perder. Acompáñalos con un té a la menta y tendrás una auténtica experiencia gastronómica.
Si eres amante de las especias, los mercados de Marrakech te encantarán. Desde el comino hasta la cúrcuma, podrás descubrir una variedad de aromas exóticos que impregnan la ciudad.
Desde Marrakech, puedes embarcarte en una excursión al desierto del Sahara. Dormir bajo las estrellas y pasear en camello por las dunas de arena es una experiencia que quedará grabada en tu memoria.
Las montañas del Atlas son perfectas para una escapada natural, con aldeas bereberes y paisajes impresionantes. Ya sea para hacer senderismo o simplemente disfrutar del paisaje, es un destino altamente recomendable.