Explorar Marruecos es adentrarse en un mundo donde la historia milenaria, la cultura vibrante y los paisajes espectaculares se unen en una experiencia inolvidable. Los viajes privados por Marruecos ofrecen la oportunidad de descubrir el país de forma personalizada, con itinerarios adaptados a cada viajero y una atención exclusiva que garantiza comodidad, seguridad y autenticidad(viajes privados Marruecos).
En un viaje privado, cada detalle está pensado para ti. Desde la elección de ciudades imperiales como Marrakech, Fez o Meknes, hasta las noches en campamentos de lujo en el desierto de Merzouga.
Contarás con guías locales profesionales que no solo conocen la historia y cultura, sino que también te brindarán consejos auténticos y recomendaciones fuera de las rutas turísticas habituales.
La flexibilidad horaria es una de las grandes ventajas frente a los tours grupales.
Desde riads boutique con encanto hasta hoteles de cinco estrellas, la elección del alojamiento se ajusta a tus preferencias. El transporte privado, con vehículos confortables y climatizados, asegura que cada traslado sea parte de la experiencia.
Recorrer las dunas doradas del Erg Chebbi a lomos de un camello al atardecer.
Marrakech: La Plaza Jemaa el-Fna, los Jardines Majorelle y el Palacio de la Bahía son solo el inicio.
Fez: Con su medina, talleres artesanales y madrasas históricas.
Rabat y Meknes
En un viaje privado tendrás la oportunidad de degustar tajines, cuscús, pastilla y dulces artesanales en restaurantes seleccionados o incluso participar en talleres de cocina local para aprender los secretos de estas recetas.
Una de las rutas más populares es la que conecta Marrakech con Merzouga, atravesando el Alto Atlas, el puerto de Tizi n’Tichka y pueblos bereberes pintorescos. Incluye paradas en Ouarzazate y Ait Ben Haddou.
Desde Tánger hasta Chefchaouen, pasando por Tetuán y Asilah.
La ruta que recorre Essaouira, Safi y El Jadida es perfecta para los amantes del mar, la artesanía y la tranquilidad.
Los viajes privados combinan libertad, exclusividad y autenticidad. Marruecos es un país de contrastes: desde el bullicio de sus medinas hasta la calma de sus desiertos, desde las montañas nevadas hasta las playas tranquilas.