En el corazón de Marruecos, las kasbahs de Ait Ben Haddou y Telouet se alzan como testigos de la rica historia, la arquitectura impresionante .
Estas dos estructuras son atracciones turísticas; representan un vínculo profundo con las tradiciones del pasado y ofrecen una ventana al fascinante mundo del desierto .
La Kasbah de Telouet, también conocida como el Palacio del Glaoui, fue construida en el siglo XIX . Situada en las montañas del Alto Atlas, esta fortaleza servía como un importante punto de control en la ruta comercial que conectaba Marrakech con el desierto del Sahara.
La Kasbah de Telouet combina elementos de arquitectura , con intrincados mosaicos, tallados de madera de cedro y techos pintados a mano que narran historias de opulencia.
Explorar Telouet es como retroceder en el tiempo. Desde sus salones principales decorados con azulejos de zellige hasta los patios interiores, cada rincón revela la maestría de los artesanos marroquíes.
La vista de las montañas circundantes desde lo alto de la kasbah es simplemente impresionante y ofrece una experiencia inolvidable para los visitantes.
Ait Ben Haddou es una ksar, o ciudad fortificada, que ha resistido el paso del tiempo.
Este sitio ha sido un escenario icónico para numerosas producciones cinematográficas y televisivas, lo que subraya su atractivo universal.
Ubicada en las cercanías del río Ounila, Ait Ben Haddou fue un importante punto de parada para las caravanas comerciales.
Su historia se remonta a varios siglos atrás, y sus estructuras de adobe son un testimonio vivo de la tradición arquitectónica del desierto.
Un paseo por Ait Ben Haddou es una experiencia que mezcla historia y belleza natural.
Los visitantes pueden caminar por las angostas calles empedradas, explorar las torres de vigilancia y descubrir pequeñas tiendas de artesanía local.
El trayecto que conecta Telouet con Ait Ben Haddou es una de las rutas más pintorescas de Marruecos.
Conocida como la Vía del Ounila, esta carretera serpentea a través de valles , pueblos y formaciones rocosas impresionantes.
Las kasbahs de Telouet y Ait Ben Haddou son mucho más que monumentos históricos; son portales a una época en la que Marruecos era un crisol de culturas, comercio y tradición.