La magia de Marrakech es inigualable, pero uno de los momentos más memorables que cualquier viajero puede experimentar es disfrutar de una cena al atardecer en el desierto de Agafay.
Este vasto paisaje árido, situado a solo unos kilómetros de la bulliciosa ciudad, ofrece una experiencia única llena de tranquilidad, belleza y un toque de aventura.
Aunque no es un desierto de dunas como el Sahara, el desierto de Agafay es un impresionante terreno pedregoso que se extiende sobre kilómetros.
Su apariencia lunar, con colinas ondulantes y una sensación de aislamiento total, lo convierte en un lugar perfecto para escapar del ajetreo de Marrakech.
Llegar al desierto de Agafay es sorprendentemente fácil. A tan solo 40 kilómetros al suroeste de Marrakech, el trayecto en coche dura aproximadamente una hora.
Muchas empresas locales ofrecen transporte privado o excursiones organizadas que incluyen traslado, actividades y la famosa cena al atardecer.
El atardecer en el desierto de Agafay es un espectáculo visual que deja sin aliento. A medida que el sol comienza a descender, los tonos cálidos de naranja, rojo y púrpura inundan el horizonte, creando una atmósfera de ensueño. Este momento del día es perfecto para capturar fotografías impresionantes o simplemente disfrutar del silencio absoluto mientras la naturaleza despliega su arte.
La cena en el desierto de Agafay no es solo una comida; es una inmersión en la rica cultura culinaria de Marruecos. Los menús suelen incluir platos tradicionales como el tajín de cordero, el cuscús con vegetales frescos.
Una de las actividades más populares antes de la cena es un paseo en camello por el desierto.
Para los amantes de la aventura, recorrer el desierto en quad es una actividad llena de adrenalina.
Muchas excursiones incluyen acceso a jaimas (tiendas tradicionales bereberes), donde puedes relajarte antes de la cena.
El desierto de Agafay ofrece una experiencia más accesible y exclusiva que otras opciones en Marruecos. Su proximidad a Marrakech permite disfrutar de una escapada corta pero significativa.
Además, el nivel de personalización y detalle que los organizadores ponen en cada experiencia garantiza un recuerdo inolvidable.